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Cuestionario y foto (F5 actualizar)

Un día nos enviaron este cuestionario para Madrid Diferente. Lo contestamos. Otro día pasó por la librería un fotografo y nos regaló esta foto.

– ¿Cuándo abrió Contrabandos?

– La librería abrió hace un año y dos meses, pero la asociación de editoriales que le da nombre existe, con fases muy diferentes de actividad, desde 2010.

– ¿Elegisteis la zona de Lavapiés por alguna razón en concreto o fue más bien casualidad?

– Vivimos entre Lavapiés y Arganzuela. La niña a la que criamos se escolariza en el colegio Emilia Pardo Bazán. Lavapiés nos pareció un centro interesante para ocupar por la periferia que en muchos sentidos somos. Nos ocupamos de la librería, editamos y escribimos viniendo de donde no salen palabras, ni quienes las editan. Tanto la clase, como el género, como otros tantos capacitismos nos excluyen de figurar entre quienes han venido teniendo poder suficiente para ocupar los libros. Somos de barrio, de pueblo, del margen, de donde aún demasiado escasamente hacemos uso de la palabra escrita. Pero aun así estamos convencidos que nuestros saberes han de ocupar los libros. Lo procuramos y a menudo lo logramos.

– ¿En qué tipo de libros os especializáis?

– Le llamamos libro político, porque defendemos libros que hacen parte de la “polis” a quienes los escriben, los leen, o los editamos. Libros para materializar la cultura de quienes menos han detentado los medios de producción de las palabras. Libros que ejercen democracia, que amplían el marco de lo posible, que fomentan la bibliodiversidad. Nos interesa la vida, el respeto a todas sus formas, y no solo las mercantilizables o las que dan beneficio a minorías.

– ¿Qué editoriales formáis parte de Contrabandos?

Contrabandos como tal se forma como asociación de editoriales. Ese propósito luego deviene en la generación de unos espacios físicos. Finalmente ha perdido algunas de sus formalizaciones y ha ganado otras. Varias de las editoriales originales de la asociación apoyan muy significativamente a nuestra librería dejándonos un porcentaje de las ventas más alto.  Nuestra apuesta es dar espacio a libros que no lo tienen. Pero también queremos atender al barrio, y ayudar a la gente a conseguir los libros que quiere. Algunas personas te preguntan por un libro como si fuera el único que existe en el mundo, nos encanta eso, aunque pidan betsellers que no nos interesan  y a veces ni siquiera conocemos, los conseguimos como sea. Ahora bien desde nuestro propósito librero sabemos qué queremos defender los libros que no existirían si no hubiera editoriales y librerías como las nuestras. A veces entra gente con curiosidad, al vernos sobrevivir un año, con escaparates llenos de libros de los que jamás habían escuchado noticia alguna y que sabemos que leerlos les van a hacer mejores personas.

– ¿Destacaríais algún autor/a en especial o alguna publicación que sea difícil de encontrar y que vosotros tengáis a la venta?

– Casi todo lo que tenemos es difícil de encontrar fuera de nuestra librería. Tenemos puras joyas y queremos mucho a Txalaparta y Bellaterra.

– ¿Qué tipo de clientela acude a comprar en vuestra librería?

Pues Lavapiés es puro contraste. No hay un perfil definido. La libertad de los libros que tenemos abre las puertas a cualquiera. Nos interesa además que entre nuestros libros cualquiera pueda sentirse acogido y respetada.

– ¿Hacéis alguna actividad en la librería? (presentaciones, charlas, cuentacuentos, etc)

– Nos apasiona el modo asamblea para acoger la palabra. También la escrita. Los círculos, las sesiones de trabajo o talleres intensos. Acogimos un “taller de lectura colectiva” que lanzo La col.lectiva. Acogemos también presentaciones de libros que de algún modo reinventan el formato, como cuando vino Lucio Urtubia y tuvo esa maravillosa conversación con su editor, Mikel Buldain, de Txalaparta. Y luego nos encanta atrevernos cuanto tomamos fuerza a una especie de sesiones de lectura de 0 a 100 años, tertulias donde no practicamos ni el binarismo de género, ni el capacitismo de edades o talentos. Un espacio donde leer, escribir, pintar e común con nuestra prole, o quien pasa por allí. Bellaterra nos cedió unos libros de su línea de trans* y ahí vamos inventando modos de relacionarse con los libros para leerlos y hacerlos. Somos editores que creemos que el libro no solo es el artilugio tecnológicamente más perfecto para acoger el pensamiento libre, sino que todavía en muchos sentidos está por inventar. También tenemos un trabajo con BivosLab por ahora, secreto, para desbordar el mundo con la editorial que más ocupa esta librería, que es La Oveja Roja.

– ¿Algo más que queráis destacar?

– Que estaremos encantadas de ser visitadas, ocupadas o requeridas. El libro en el que creemos debe posibilitar un “encuentro social”, para eso estamos aquí.